miércoles, 31 de octubre de 2012

Escrito en las paredes

La noche llega.
Optas por quedarte en casa
¿o te sumerges en ella?

Una pequeña decisión
puede cambiarte la vida.

(Corre, Lola, corre)

Que sea para mejor.

domingo, 21 de octubre de 2012

Los LaZieS (by Chalao)

Ya me estoy cansando, no se deciden a difundir sus últimas grabaciones.
A raíz de una historia que les llegó a través de Bang, se debaten entre una licencia Creative Commons o registrar sus canciones en la GEMA.


Resulta que un rapero amigo suyo le contó a Bang que en un programa de televisión habían utilizado sus canciones sin decirle absolutamente nada y, lo que es peor, sin que él percibiese beneficio alguno. Esto ha vuelto desconfiados a Marrone y a Bang que ya dudan de la efectividad de la bien intencionada, pero quizás demasiado blanda, licencia Creative Commons. La GEMA es la sociedad mayoritaria en la gestión de derechos de autor de Alemania, como la SGAE en España pero menos salpicada por la corrupción y, por lo tanto, con más poder. Tanto como para bloquear en Youtube cualquier vídeo que consideren que vulnera los derechos de autor. Algo estúpido, por otra parte, ya que mayoritariamente bloquean vídeos de canales oficiales que seguramente están ahí para promocionar a los artistas. Si el internauta no los puede ver, tú me dirás qué promoción se está haciendo. Además de que el internauta termina viendo el vídeo a través de cualquiera de sus réplicas no oficiales.

En fin, es una buena ocasión para saber algo más de estos soplagaitas. Lo que sí os puedo decir es que esas nuevas canciones son: Cervello, Sex Time, The Night y de The Western Side of the World, no necesariamente en este orden.
Voy a liberar al Barón.

¿Qué opinas tú?

jueves, 11 de octubre de 2012

Ya lo dijo Homer, ahora lo cantan MUSE


Hola, soy Chalao.

Tengo secuestrado al Barón hasta que no me devuelva el Cola-Cao, a mí no me engaña con el Goody Cao este, así que ya que estoy aquí os voy a hablar de lo único que sé y que me pone más aún que el Cola-Cao.


MUSE
The 2nd Law
Warner

Como al resto del mundo, ha llegado al Berlín Este cierto disco occidental llamado “The 2nd Law”. Lo firman unos tales Muse y se trata de su último asalto al trono mundial del Rock. Os contaré cómo me encontré con él, pero no sin antes llevarle el texto al Barón para que me lo corrija y darle unos traguitos de Rothaus Pils para que no nos moleste.

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Entré en aquella sala repleta de yonkis de la cultura, deleitándose con si ésta o aquella sería su próxima dosis. Por suerte, yo ya tenía la mía preparada: reluciente compact disc dentro de la cadena musical, pequeña pantalla anunciando 53 min. 36 seg. en números digitales. Ponte los cascos, dale al play.

The 2nd Law arranca como ha de hacerlo un disco de Rock, con un latigazo llamado “Supremacy”, riffs fuertemente distorsionados y poderosos fusionándose con una orquesta clásica donde destacan los violines mientras la voz le canta al infinito prometiéndose acabar con: “your supremacy”. Toda una declaración de intenciones. Al final se la han dado a Adelle pero “Supremacy” podría ser el tema de Muse para 007. En cualquier caso me dejó clavado y expectante de qué vendría después.

Lo siguiente es una continuación como tiene que hacerlo un disco Pop, que Muse están donde están, una melodía pegadiza que añade argumentos vía auditiva para que sigas explorando qué más da de sí esta obra. “Madness”, el single de adelanto  que me había hecho interesarme más de lo habitual por este disco, es un cambio total, una melodía que me gustaría escuchar a capella e incluso me arriesgaría a apostar por el Doo Wop. Sugerencias aparte,  en su intento de hacer una canción minimal, al final les salió clavadita a una canción llamada “I Want to Break Free” que unos tales Queen popularizaron hace 28 años. No es esta la única vez que estos tales Queen vienen a la mente escuchando The 2nd Law. Muse es el nuevo modelo de rock de estadio y han encontrado un gran referente al que seguir aunque, dicho a su favor, sabiendo traerlo al presente con la tecnología y sonidos actuales.

El riff de bajo que abre “Panic Station” recuerda peligrosamente a “Another One Bites the Dust”, otra canción que estos tales Queen popularizaron a comienzos de los ochenta. “Panic Station” termina de meter a Muse en el funk, un género que los de Devon se propusieron vetar en su música desde sus orígenes allá por 1994, como cuenta el interesante artículo de Xavi Sancho en la RollingStone de septiembre. Esta nueva influencia hace que el estribillo llegue a recordar a ese rock bailable que Franz Ferdinand pusieron bajo el foco.

Entre potencia y melodía, se van alternando los cortes de The 2nd Law, con repuntes de ésta o de la otra aquí o allá, como el preludio a piano que prepara el terreno a la colosal “Survival”. Quién le iba a decir a los fans que se enamoraron del sonido de Muse con Origin of Symmetry que aquel grupo terminaría escribiendo e interpretando la canción de unos juegos olímpicos. Con coros de voces tenores y sopranos, es toda una opera rock en su sonido, no en cuanto a historia. La influencia de estos tales Queen continúa intacta pero con un sonido demoledor, grandioso, en fin, de estadio olímpico. Me queda la duda de si su letra podría tener una lectura irónica.

Llega un océano eléctrico de tranquilidad con un comienzo techno de principios de los 90 y para terminar con la primera tapita de Dubstep, producida por unos referentes en el género: Nero. Es el estribillo de “Follow me”, “Sígueme” que te canta Matthew Bellamy, él te guía por un viaje a través del panorama de la música popular actual. Y, hablando de actualidad, está “Animals”: una feroz crítica a ciertos personajes tristemente protagonistas de nuestra historia reciente. Esta es una canción, en cuanto a música, al estilo clásico de Muse, de las que sin duda gustarán a los fans de siempre, variando algún matiz pero donde vuelven a recordar a unos Radiohead más heavies. O punks, ese énfasis en el “Kill yourself, come on and do us all a favour” contiene esa rabia característica del género.

Pero si nos habíamos airado, ya nos relajamos con “Explorers”. Una nana ideal para dormir, si los tienes, a tus rockeritos. Rockeritos que tienen que haber salido de una relación de pareja, de eso va “Big Freeze” pero con metáforas de amor compuestas de tormentas eléctricas o nubes estelares de gas. Sin perder la referencia a Queen en los coros, aquí es cierto que se acercan a U2, como apunta Juan Destroyer en La Heavy del Mariskal Romero.

Otro animal radiofónico, Ramón Redondo, se habrá deleitado con “Save Me”, canción ingrávida donde las haya y que da otra dimensión al sonido de Muse. Merece la pena escucharla y acompañar a Chris en su solitario viaje flotando por el espacio. Sí, porque es una de las dos canciones compuestas y cantadas por Chris Wolstenholme (bajista).

En este disco Muse han podido autoproducirse. Salvando las distancias, están emulando a otros cuatro compatriotas que alcanzaron la fama mediante el Rock’n’Roll y luego, con público y medios de su lado, pudieron dedicarse a experimentar dando siempre una forma impecable a todo lo que musicalmente se cocía a su alrededor. La diferencia con Muse es que allí había varios compositores excepcionales que se repartían el trabajo, en Muse todo este peso ha recaído hasta ahora sobre Matt Bellamy (guitarra, voz y teclados). La mayor implicación como compositor de Chris podría marcar un importante punto de cara al futuro de la carrera de la banda. De momento sus composiciones no sobresalen, pero sí encajan perfectamente en la estructura de The 2nd Law colocadas al final de lo que podría considerarse como el nudo.

"Liquid State" es otra ración de rock marca de la casa pero, al tratarse de la segunda de las composiciones de Chris, tiene un toque diferente. Diferente para venir de Muse, su voz casi recuerda a la de las bandas de punk californiano de la primera década 2000, para volver una vez más a sus queridas atmósferas en el estribillo.

El desenlace son las dos canciones homónimas, el grueso del concepto del disco. La primera de ellas, “The 2nd Law: Unsustainable”, una distopía a ritmo de Dubstep, la ración más importante del estilo en The 2nd Law, la composición de la que más orgulloso se siente Bellamy y a la que defiende de las abundantes críticas que le cayeron afirmando que está interpretada por ellos a los instrumentos y no por una máquina. Este tema les dio una gran publicidad antes de salir el disco. ¿El mensaje? La segunda ley de la termodinámica. ¿Lisa?...

“The 2nd Law. Isolated System” es su continuación pero esta vez llega con un piano a lo Mike Oldfield en Tubular Bells metido en una discoteca, cortes de radio y TV muy catastróficos y con el mismo mensaje. Todo para llegar a una frase final, a una palabra: “Isolated”.

El sentido común nos dice que el movimiento es sinónimo de vida mientras que la quietud lo es de lo inerte. No es de esta idea sino de la ley de la termodinámica de la que hablan Muse en The 2nd Law, la que defiende que la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma. Ya lo dijo Homer y ahora lo cantan Muse. Aplicando el concepto a la realidad que nos acontece, si la energía sólo se transforma, tendrán que ser cambiados los ingredientes de la mezcla para provocar un cambio en el conjunto, un cambio para no morir. Y, como lo que no te mata te hace más fuerte, Muse sobreviven a los ataques y pérdidas de sus fans más integristas para crecer hasta la fama mundial, las giras de estadios, componer el tema oficial para los Juegos Olímpicos de Londres y todo ello, como dijo Homer, siguiendo las leyes de la termodinámica.

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Me voy a darle otro traguito al Barón, pero me voy a quedar con el ejemplo de Homer. Una para ti, otra para mí. Una para ti, otra para mí. Una para ti, otra para mí…